4 de septiembre de 2008

Piensa antes de Juzgar

Una pareja de jóvenes tenía varios años de casados y nunca pudieron tener hijos. Para no sentirse solos, compraron un cachorro pastor alemán y lo amaron como si fuera su propio hijo. El cachorro creció hasta convertirse en un grande y hermoso pastor alemán.

El perro salvó, en más de una ocasión, a la pareja de ser atacada por ladrones. Siempre fue muy fiel, quería y defendía a sus dueños contra cualquier peligro.

Luego de siete años de tener al perro, la pareja logró tener el hijo tan ansiado. La pareja estaba muy contenta con su nuevo hijo y disminuyeron las atenciones que tenían con el perro. Este se sintió relegado y comenzó a sentir celos del bebé y no era el perro cariñoso y fiel que tuvieron durante siete años.

Un día la pareja dejó al bebe plácidamente durmiendo en la cuna y fueron a la terraza a preparar una carne asada. Cuál no fue su sorpresa cuando se dirigían al cuarto del bebé y ven al perro en el pasillo con la boca ensangrentada, moviéndoles la cola.

El dueño del perro pensó lo peor, sacó un arma que llevaba y, en el acto, mató al perro. Corrió al cuarto del bebé y para su sorpresa, encontró una gran serpiente degollada.

Ante esta escena, el hombre comenzó a llorar amargamente y exclamó: "¡He matado a mi perro fiel!"

¿Cuántas veces hemos juzgado injustamente a las personas? Lo que es peor, las juzgamos y condenamos sin investigar a qué se debe su comportamiento, cuáles son sus pensamientos y sentimientos. Muchas veces las cosas no son tan malas como parecen, sino todo lo contrario.

La próxima vez que nos sintamos tentados a juzgar y condenar a alguien, recordemos la historia del perro fiel, así aprenderemos a no levantar falsos testimonios contra una persona, hasta el punto de dañar su imagen ante los demás.

9 de julio de 2008

Prosigo al blanco

Prosigo al blanco (FILIPENSES 3)
3:1 Por lo demás, hermanos, gozaos en el Señor. A mí no me es molesto el escribiros las mismas cosas, y para vosotros es seguro.
3:2 Guardaos de los perros, guardaos de los malos obreros, guardaos de los mutiladores del cuerpo.
3:3 Porque nosotros somos la circuncisión, los que en espíritu servimos a Dios y nos gloriamos en Cristo Jesús, no teniendo confianza en la carne.
3:4 Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más:
3:5 circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo;
3:6 en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible.
3:7 Pero cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo. 3:8 Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, para ganar a Cristo,
3:9 y ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo, la justicia que es de Dios por la fe;
3:10 a fin de conocerle, y el poder de su resurrección, y la participación de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte,
3:11 si en alguna manera llegase a la resurrección de entre los muertos.
3:12 No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
3:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,
3:14 prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
3:15 Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo sintamos; y si otra cosa sentís, esto también os lo revelará Dios.
3:16 Pero en aquello a que hemos llegado, sigamos una misma regla, sintamos una misma cosa.
3:17 Hermanos, sed imitadores de mí, y mirad a los que así se conducen según el ejemplo que tenéis en nosotros.
3:18 Porque por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo;
3:19 el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal.
3:20 Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;
3:21 el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.

Salmo 143

Súplica de liberación y dirección
Salmo de David.

143:1 Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos;
Respóndeme por tu verdad, por tu justicia.
143:2 Y no entres en juicio con tu siervo;
Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.
143:3 Porque ha perseguido el enemigo mi alma;
Ha postrado en tierra mi vida;
Me ha hecho habitar en tinieblas como los ya muertos.
143:4 Y mi espíritu se angustió dentro de mí;
Está desolado mi corazón.
143:5 Me acordé de los días antiguos;
Meditaba en todas tus obras;
Reflexionaba en las obras de tus manos.
143:6 Extendí mis manos a ti,
Mi alma a ti como la tierra sedienta. Selah
143:7 Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi espíritu;
No escondas de mí tu rostro,
No venga yo a ser semejante a los que descienden a la sepultura.
143:8 Hazme oír por la mañana tu misericordia,
Porque en ti he confiado;
Hazme saber el camino por donde ande,
Porque a ti he elevado mi alma.
143:9 Líbrame de mis enemigos, oh Jehová;
En ti me refugio.
143:10 Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios;
Tu buen espíritu me guíe a tierra de rectitud.
143:11 Por tu nombre, oh Jehová, me vivificarás;
Por tu justicia sacarás mi alma de angustia.
143:12 Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos,
Y destruirás a todos los adversarios de mi alma,
Porque yo soy tu siervo.

8 de julio de 2008

Salmo 51

51:1 Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones.
51:2 Lávame más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.
51:3 Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siempre delante de mí.
51:4 Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.
51:5 He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
51:6 He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría.
51:7 Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.
51:8 Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido.
51:9 Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
51:10 Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
51:11 No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
51:12 Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
51:13 Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.
51:14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Cantará mi lengua tu justicia.5
1:15 Señor, abre mis labios, Y publicará mi boca tu alabanza.
51:16 Porque no quieres sacrificio, que yo lo daría; No quieres holocausto.
51:17 Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.
51:18 Haz bien con tu benevolencia a Sion; Edifica los muros de Jerusalén.
51:19 Entonces te agradarán los sacrificios de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada; Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.