El diseño de Dios es que la ira nos ayude a nosotros y los demás, no que nos haga daño. Entonces, ¿cómo podemos convertir la ira en una fuerza que obre para bien? En su libro la autora nos da consejos claros y entendibles acerca de este interesante asunto.
Primero establece principios bíblicos y después ofrece pasos prácticos que nos permitirán hacer un cambio, para evitar que la ira nos controle, y permitir en nuestras vidas sólo el control del Espíritu Santo.